Creo que todo ciudadano caleño, conoce este almacén, así como hace años se conocía el Ley, en casa siempre íbamos a este establecimiento, mi madre hacía mercados, compraba todo tipo de mercancía y era el favorito. Estuve fuera del país por varios años y a mi regreso ya no lo vi más, sin embargo, vi La 14, con unas características nuevas y muy buenas, los precios bastante justos y pronto me adapté a sus servicios. Además, no está de sobra decir, que los empleados eran los más serviciales que haya conocido, colaboradores y amables.
Desde hace algún tiempo noté cambios, quien fuera el bastión de estos almacenes falleció y con él todo se vino abajo, se tejieron rumores, chismes, que ya vuelve a ser lo que era, que no, que no pueden surtir, en fin, poco a poco se acabó la disposición de los anaqueles y empezó a notarse una larga fila de artículos de la misma clase en cada repisa. Los nuevos ayudantes ya no eran los mismos y aquella simpatía del pasado no se vio reflejada en este nuevo personal.
Hace poco fui al Cosmocentro, llevaba meses sin visitar la 14, y no encontré nada de lo que quería comprar, una gran bodega solitaria y vacía estaba frente a mis ojos, muy pocos empleados de los que en otro momento pude reconocer aún deambulaban por los pasillos, pero los rostros que siempre sonreían ahora estaban serios y sólo alguno que otro me comentó que esperaban que esto mejorara.
Las redes ya publicaron la solicitud de su liquidación y la administración espera reunirse con el gobierno en busca de alternativas a la misma.
Habrá que esperar, pero hay pocas esperanzas para una recuperación a corto plazo.
Me he quedado con sus bolsas reciclables, muchas, ya que en los últimos tiempos te las regalaban por la compra de productos que superaran determinado valor, esa promoción poco ayudó a las finanzas de la tienda.
A la 14 solo puede salvarla un milagro, y estos no se consiguen muy fácilmente y menos sin una buena inversión monetaria que es lo que, creo, necesita la firma.
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