No podía dejar de mencionar al amigo que se fue.

Una vez más este año se ensaña con las tristes noticias. Un amigo, Rafael Gutiérrez M. abogado, quien en más de una ocasión compartimos charlas y nos colaboró con diligencias en Bogotá, fue víctima de la delincuencia en Manizales, lo intoxicaron con un exceso de escopolamina. El amigo que se encontraba con él, aún con vida fue ingresado en una clínica y lucha por sobrevivir.

Asimilar las circunstancias en que pierde la vida un amigo no es fácil, sobre todo nos lleva a analizar la inseguridad que se va adueñando de los seres humanos. Cada día son incontables noticias de hechos criminales que se publican sumiendo en el dolor a muchas familias.

Rafael me enviaba fotos de sus viajes con Emilio su perrito maltés, viajaba con él y si no lo podía llevar, tenía amigos que se hacían cargo de él durante su ausencia. Pienso que ahora alguno lo estará cuidando, espero que sí.

Su vida la disfrutó, creo que hizo todo lo que quiso, viajar, saborear sendas viandas, acompañar a sus amigos y ayudarnos, porque sin lugar a dudas lo hacía, siempre que estaba a su alcance, colaboraba con su intervención, ya como abogado o simplemente llevando o haciendo diligencias que quienes no vivimos en Bogotá necesitábamos.

Pero las ironías de la vida, nunca le pasó nada cruzando mares y volando a tierras tan lejanas, sin embargo, en su tierra, Manizales, encontró la muerte.

Siempre recordaré su voz con ese acento caldense que nunca perdió.