PBRO. GERMAN ROBLEDO ANGEL Párroco emérito Arquidiócesis de Cali – Mag.Theol.Dipl.B.W.L. Dr.rer.soc.oec.Univ. Innsbruck Expárroco (1994-2003) de la Catedral de Cali – Expresidente (1992-2003) del Tribunal Eclesiástico Regional del suroccidente colombiano (Arquidiócesis de Cali y Popayán)- Libros publicados “Hacia un Clero Gay?”, Cali 2010.- “Iglesia Católica: Una Crisis que no se nos debe ocultar”, Cali 2014.

“PROTECCION DE MENORES” ¿CON INVISIBILIZACION DEL HOMOSEXUALISMO CLERICAL EN LA IGLESIA CATÓLICA? Santiago de Cali, 06 de Marzo de 2019 Por: Pbro. Germán Robledo Ángel

El encuentro sobre la Protección de Menores, clausurado el pasado domingo 24 de febrero en el Vaticano, no obstante los muy interesantes y valerosos análisis críticos de los ponentes clérigos y laicos, y mencionamos como gran novedad su reconocimiento positivo de las denuncias de la prensa en torno a los abusos sexuales de clérigos, denuncias que los obispos interpretaban antes como persecución a la Iglesia o el aporte moralizador de las opiniones críticas de muchos periodistas –vistos antes igualmente como enemigos de la Iglesia- o la urgida necesidad de una total transparencia en sus investigaciones y sanciones por parte de los obispos y de la justicia eclesiástica o en la necesaria colaboración con la justicia estatal, etc., no lograron sin embargo colmar las anheladas y urgidas expectativas pues parecieron en su conjunto al final, un simple tratado de buenas intenciones y recomendaciones generalizadas. Escuchadas las ponencias y obviamente leído el documento inicial del Papa Francisco, 21 tesis (“Medidas para acabar con los abusos”) hay un hecho que ha pasado desapercibido, “de no creer”, y es que el vocablo “homosexualismo” no se menciona una sola vez siquiera en las diferentes ponencias. Esto hace pensar en una deliberada “invisibilización del homosexualismo clerical”. En el mundo contemporáneo lo que no se menciona tiende a “ser desaparecido” o a no existir, mientras que las estadísticas de la misma Iglesia Católica señalan, como hecho comprobado, que el noventa por ciento de menores abusados por clérigos en la Iglesia católica son niños, varones. A este hecho gravísimo que es significativo de la homosexualidad masculina clerical no se hizo referencia directa ni análisis crítico para su completa erradicación real y efectiva de la Iglesia Católica. Aunque se intente invisibilizar la homosexualidad como causa fundamental, ésta subsiste y obviamente el efecto de los abusos sexuales de niños continuará igual o peor en la Iglesia Católica, porque la tendencia creciente hacia un clero gay es un hecho igualmente invisibilizado por la Iglesia y nada se hace con efectividad para recuperar los auténticos ideales, pues la verdad es que el lobby gay sentó sus reales y domina en el clero de la Iglesia católica desde altas esferas.

Quienes hemos analizado en las ciencias sociales y políticas el fenómeno de la “invisibilización”, sabemos que ha sido y es un efectivo y perverso instrumento multifacético en el ejercicio abusivo del poder. Es lamentable tener que reconocer que también se encuentra muy especialmente en la Iglesia Católica. Recordemos que recientemente el mismo Papa Francisco fue víctima del engaño por parte de los Obispos chilenos cuando se le “invisibilizó” el gravísimo problema del homosexualismo clerical en esa iglesia y los abusos.

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Ello sucede siempre que el imperante monarquismo episcopal se vuelve arbitrariedad, prepotencia, antítesis y alienación de la dramática lección de Jesús a los apóstoles en la última cena, pues fue allí donde Él promulgó la autoridad y el poder como “servicio humilde y fraterno”, en espíritu y en verdad y ejercidos en el marco fundamental de lo que significaba la “ekklesia”. Este fenómeno lo percibimos repetidamente en la praxis “invisibilizante”, por ejemplo, de no responder a las denuncias escritas hechas ante la nunciatura apostólica y curias episcopales o la intimidación episcopal a través de abogados a periodistas que se atreven a ejercer el derecho fundamental de opinión (no obstante ser reconocido como como derecho fundamental humano por el Concilio Ecuménico Vaticano II) y de modo generalizado a partir del nombramiento irresponsable de párrocos, sin cumplir el obispo con las estrictas leyes y exigencias del derecho canónico y de las muy claras normas vaticanas sobre la condición de certeza moral, previa investigación con clérigos y laicos, que garantice la idoneidad moral del candidato a párroco. Por ello mismo el obispo nominador de párrocos homosexuales debería responder también concausalmente por los daños a menores víctimas de abusos, pero nada se dijo ni se hace al respecto. Y sobre ello no hay disculpa pues los obispos y clero sabemos quiénes lo son. El Cardenal Marx decía en una de las ponencias de este congreso: “los archivos que podrían documentar los hechos terribles e indicar los nombres de los responsables han sido destruidos o ni siquiera se han creado. En vez de los culpables, fueron amonestadas las víctimas y se les impuso el silencio”. El ocultamiento episcopal de clérigos pedófilos (publicitado hace años por primera vez en Cali como el “tapen tapen”), el repetido traslado a veces apresurado y cómplice de éstos clérigos a otras parroquias, diócesis y países, la increíble promoción de curas pedófilos a altos cargos y dignidades intocables como la de Monseñor –practicada también en Cali- para hacerlos intocables y venerables, la negativa del obispo para aceptar denuncias orales, negando a priori credulidad a testimonios personales de padres y niños víctimas contra alguno de estos intocables sacerdotes abusadores y hasta la exigencia de “pruebas” imposibles, fotografías o videos, como sucedía igualmente en la Curia de Cali o el encargar un clérigo homosexual del recibo de denuncias sobre abusos a menores o el silenciar con dinero e intimidación, incluso el conocido y hasta exigido “principio del silenciamiento” porque “la ropa sucia se lava en casa”.

Estos absurdos han sido poderosos instrumentos al servicio de la invisibilización de la homosexualidad clerical, de la desprotección y de la impunidad de los abusos a menores …….