Estaba leyendo en un chat grupal, las solicitudes de algunas personas, y me di cuenta que la mayoría pedía ayuda para realizar algo así como manualidades. Ya que las peticiones eran referidas a cartulinas, plásticos, copias, traducciones, etc.
Lo anterior me llevó al pasado, y quise recordar, si yo tuve ese comportamiento respecto a mi hijo. Porque lo que entendí es que estas personas, están haciendo los trabajos de sus pequeños. Entiendo que cada cual educa de la mejor forma, pero no sé si hacer los trabajos y tareas de nuestros hijos es una de ellas.
La verdad, mi hijo, hacía él mismo sus trabajos. Todavía tengo presente que alguna vez, estando muy pequeño, me pidió le mecanografiara un texto, por cuanto lo quería presentar así. Creo que fue en el único que lo ayudé, pero él me dictó el contenido y yo solo lo copié en mi pequeña máquina de escribir “Brother”.
Días después lo escuché tecleando la máquina y me llevé la grata sorpresa, de verlo aprendiendo a escribir en ella. Sé que sufrió mucho al principio, pero al cabo de un tiempo él mecanografiaba sus propios trabajos. Quizás no eran perfectos al principio, pero poco a poco fue perfeccionando su estilo y se convirtió en un buen mecanógrafo.
Hay un dicho: “no le des pescado al hombre, enséñale a pescar”, o algo así, muy parecido, y me parece super acertado para aplicarlo a nuestros chicos. Hay unos videos hermosos de padres con hijos, japoneses, chinos o coreanos, especialmente uno en el que se ve a un pequeño, no tendrá más de 2 ó 3 años máximo, hay un obstáculo en el camino y el padre, simplemente levanta su pierna y lo supera, el niño no puede cruzar, llama al padre, pero este solo lo mira desde el otro lado. El pequeño intenta de muchas formas superar el obstáculo, hasta que logra subirse sobre el y pasar al otro lado. En ese momento corre feliz hacia su padre y éste lo levanta y felicita.
También, si se busca un poco más, hay muchos pequeños que aprenden a hacer sus tareas en el hogar, gracias a esa educación tan diferente a la nuestra.
Hace poco un chico así, pequeño, correteaba por el supermercado en la zona donde vivo, iba así, sin control, lo llamaban, no miraba siquiera y a la hora de acercarse a la cajera, armó tremendo berrinche, incontrolable, y la madre lo único que pudo hacer, fue alzarlo y marcharse rápidamente del lugar.
Ni para qué citar la cantidad de casos que he observado, viendo cómo la educación ha cambiado tanto. Al punto que los chicos pueden llamar a la policía para quejarse del trato que les dan en su casa.
Y así, aunque a veces hay abusos que merecen ser investigados, también hay una educación tan laxa que convierte a pequeños y dulces bebés en antipáticos adolescentes y adultos agresivos.
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