Si, tengo curiosidad por cosas cotidianas que nos suceden y que no dejan de ser graciosas.
¿Por qué? Sí, por qué cuando llegas a la casa, casi siempre los que están en ella te dicen. ¿Vé, llegaste?
Y cuando tomas tu bolso, las llaves de la casa, y dices “Nos vemos más tarde.” Te preguntan: ¿Vas a salir?
Cuántas veces estás viendo la tele y entra alguien, te mira y dice: “Ve, ¿estás en casa?”
Estás arreglando algo en tu hogar, resbalas y caes y escuchas esta frase: “¿Te caíste?”
Y la infaltable, duermes la siesta y entra alguien y pregunta: “¿Estás dormida?” “¿te desperté?”
Has trabajado todo el día en tu computador, ni siquiera miras a los lados porque estás superconcentrada y llega alguien y te dice: “¿Estás ocupada?”
Y cuando pierdes algo, siempre preguntan si buscó en el último lugar que estuvo.
A veces con un malestar horroroso, te llaman, te preguntan ¿cómo estás? Respondes que pésimo que estás muy enferma y a renglón seguido te preguntan: “Y ¿qué tanto has hecho hoy?”
O te dan un buen pisotón mientras hacías fila y la causante pregunta: “¿Te pisé?”
Hay tantas frases absurdas, así como preguntas incómodas y situaciones, si situaciones, cuantas veces te encuentras con alguien que te saluda efusivamente, te llama por tu nombre y tú no aciertas de quién se trata, tu cerebro busca en todos los archivos y te enloqueces pensando ¿Quién es? Anteriormente me comportaba como si supiera de quién se trataba, sonreía y dejaba ese acto social así. Ahora, con los años, ya no me da vergüenza preguntar a la persona su nombre para poder interactuar y no romperme la cabeza tratando de adivinar quién me habla.
Una vez iba conduciendo por la avenida de las Américas, y en un pare me miró el conductor de otro vehículo y empezó a levantar los brazos y a decirme “Hola, hola, hola”, yo, como dicen los muchachos “estaba sana”. De pronto se bajó del vehículo, se quitó la gorra y me dijo, ¿ahora sí me reconoces? Y yo, sin saber quién era, le grité: “¡Ah! Claro que sí”. Afortunadamente el semáforo cambió y ambos arrancamos, pero aún al día de hoy, no sé de quién se trataba.
¿Por qué? ¿Por qué? Pregunto, por qué lo ponen a uno a adivinar, si sería tan fácil identificarse de entrada y poder tener una conversación sin acertijos.
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