¿Quiénes son los adultos mayores? Siempre pensé que el adulto mayor era quien había superado los 60 años, como quien dice empezaba la supuesta tercera edad.

De acuerdo a un boletín del Ministerio del interior, define al adulto mayor así:

“Es aquella persona que cuenta con sesenta (60) años de edad o más. Una persona podría ser clasificada dentro de este rango, siendo menor de 60 años y mayor de 55, cuando sus condiciones de desgaste físico, vital y psicológico así lo determinen.”

Mis abuelos siempre estuvieron en ese rango, no supe, ni los vi mayores, siempre pensé en ellos como ancianos. Mi abuelita materna en todas las fotografías, incluso cuando mi madre era una jovencita, vestía ropas largas, jamás puso maquillaje en su rostro y siempre peinaba sus cabellos hacia atrás, terminando en una moña redondita, encaneció temprano, así que el aire de abuelita siempre la acompañó. Cuando ella falleció a sus 72 años, tenía el mismo aspecto físico de las fotos que mencioné antes.

¿Por qué hablo de los adultos mayores? Porque estoy observando que están proliferando, y me alegro por ello, sitios para motivar actividades para los adultos mayores, conversatorios, lecturas e incluso juegos para interactuar a través de programas como zoom.

Pero, ¿qué he observado en estos programas? Que van dirigidos más hacia esa parte de la comunidad que al llegar a cierta edad, no necesariamente los 60 años, no saben qué hacer con sus vidas, algunos están dedicados a prestar el servicio de “niñeras” con sus nietos, sus hijos han tomado el mando y los tienen programados para ellos poder continuar con sus vidas, ya sea por trabajo o por diversión.

Pero está ese otro rango que se jubiló y al llegar a casa no sabe qué hacer y su vida se convierte en una monotonía inaguantable. Cuando trabajaba en el poder judicial y más concretamente en las oficinas que el Tribunal Superior de Cali tenía en el Palacio Nacional en la Plaza de Caicedo, veía desde mi ventana como llegaban sobre las ocho de la mañana, los jubilados varones a sentarse en las bancas del parque, tomaban tinto, leían el periódico, parloteaban y al medio día salían para sus casas para volver a las dos de la tarde y realizar la misma actividad. Uno de ellos un día me comentó que su mujer lo sacaba de la casa porque le “estorbaba” verlo sentado todo el día sin hacer nada en ella.

He conocido mujeres jubiladas que dedican su tiempo a los jardines, al tejido, la cocina, es decir, hay un abanico de posibilidades para las señoras durante el tiempo que llaman equívocamente “libre”. Esto no quiere decir que no haya intelectuales, escritores, activistas, políticas, en fin, ni para qué seguir.

Pero está ese grupo que la angustia la soledad y busca los grupos motivacionales para intercambiar charlas, simplemente necesitan comunicarse, hablar, no sentirse abandonadas, siendo esta una de las principales causas de depresión en personas mayores, sin necesidad de que hayan superado los 60 años, ya que puede haber muchos menores de 60 años que parecen de 80 y muchos de 80 que parecen menores de 60.