Pastor Diego Arbeláez

“No se puede adelantar a nadie cuando se le siguen los pasos.”

¡SEA DIFERENTE A PROPÓSITO!

El carácter es la fisonomía psicológica del hombre, que se manifiesta en el modo de ser y de obrar,  es la manera peculiar de conducirse una persona en la vida, pero no por instinto, sino impulsado por la voluntad; voluntad de responsabilizarse de la propia vida lo cual es fuente de respeto por uno mismo y es el camino  hacia la fortuna y el honor.

Qué sorpresa nos llevamos al descubrir que, en vez de los rudos individuos que creemos ser, estamos atados e incomodados por diminutas cuerdas de temores: temor del qué dirán, temor de aparecer en ridículo, temor de que se hable mal de nosotros o de ser mal entendidos.  El resultado es trágico y fácil de predecir: pérdida del celo por la santidad pues, quien siempre cede ante los demás, acaba por no tener principios.

La persona con carácter decidido es aquella que lucha constantemente para ser aquello que debe ser, que tiene voluntad firme dirigida por una conciencia definida. En este caso, carácter es lo mismo que personalidad, es ser capaz de llevar a cabo un buen proyecto mucho después de que la emoción del momento ha pasado, es ser capaz de  continuar luchando sin éxitos. 

El carácter, ese factor decisivo en todas las relaciones de la vida,  esa riqueza moral e independencia, es influencia,  es como el diamante: talla las demás piedras preciosas.

Los hombres de carácter son hombres de voluntad firme y resuelta. Son los que van seguros por la vida, que no se enredan ante las dificultades, antes se crecen cuando éstas les salen al paso; están siempre dispuestos a escalar montañas. Los lugares bajos no se han hecho para ellos, pero sí las alturas. Son como árboles azotados por el huracán que, lejos de descuartizarlos, los enraízan más en la entraña de la tierra. Todo lo grande les apasiona, todo lo noble les subyuga, todo lo sublime les atrae. Estos  hombres de carácter son estimados por la gente, son admirados y muy solicitados.

Carácter no significa  llevar siempre la contraria o insultar sin motivo sino mantener el criterio en situaciones complicadas. Carácter es la motivación interna para hacer lo correcto cueste lo que cueste.

Con nuestro carácter firme ganamos la confianza de los demás. Todo mundo se desanima con una persona blandengue, una persona sin personalidad que es llevado por cualquier moda o corriente ideológica, religiosa o política.

Dos hombres que vivían en un pueblecito se enfrascaron en una gran discusión, y no lograron llegar a un acuerdo.  Así pues, decidieron plantear su causa al juez del pueblo.

Uno de ellos fue a verlo primero y le contó su versión de lo sucedido.  Entonces, el juez le dijo: “¡Tienes toda la razón!”

A la noche siguiente, el otro hombre se presentó y expuso su punto de vista totalmente opuesto a su contendor.  El juez dictaminó: “¡Tienes toda la razón!”

La esposa del juez que había escuchado ambas conversaciones, le recriminó a solas: “Esos hombres te dieron dos versiones distintas del mismo asunto, y a los dos les aseguraste que tenían toda la razón.  Eso es imposible.  No pueden tener ambos  la razón.”

El juez  respondió: “¡Tienes toda la razón!”

El mundo es lo que es, precisamente porque actuamos como rebaños y no como individuos superiores; nuestra capacidad de soñar se ha perdido, nuestra independencia e individualidad se ha convertido en esclavo del medio que nos rodea, los demás nos manejan, nos limitan, nos programan y nos destruyen cuando se asoma del fondo de nosotros mismos, nuestra individualidad y grandeza y nos atrevemos a soñar que podemos lograr nuestras más íntimas ambiciones, cuando un chispazo, proveniente de Dios nos alegra como el sol en medio de la tormenta y creemos por un instante que podemos ser felices, que nuestro paso por la vida es el gran reto que nos proyectó hacia niveles superiores que engrandecen nuestro vivir y nos llenan de alegría, paz y amor; usted ha sentido esto, estoy seguro, pero las mayorías le ha vuelto a poner en la posición que para los demás debe  ocupar y entonces, no vive por usted ni para usted, es esclavo. Ha escogido ser un esclavo del pensamiento de grupo.

¡No tema ser diferente,  niéguese a que la mayoría ajuste su norma de vida!  ¡Sea diferente a propósito!  ¡Tenga carácter! En cuestiones de fe y moral, sea líder no secuaz. ¡Sea firme en obras y palabras! El Señor le dijo al profeta Jeremías: “… Son ellos quienes deben volverse a ti, y no tú quien debe volverse a ellos.”  (Jeremías 15:19) ¡El medio tiene que cambiar con nosotros  y no nosotros con el medio! Adaptarse al medio, ¡es traicionar! ¡No nos dejemos atrapar por la opinión de la multitud! ¡Vivamos  de acuerdo con las luces del cielo y, cuando estemos rodeados por los que ponen a prueba nuestra conciencia, permanezcamos firmes, aunque seamos los únicos!