Pastor Diego Arbeláez

 

“La vida está llena de prodigios y de detalles tan simples como valiosos. Apreciarlos y agradecerlos es saber vivir.”

 

 “NO ESTÁS DEPRIMIDO”

 

Facundo Cabral, quien tenía la Biblia como su libro predilecto, hablaba con pasión de Jesús, cuyas huellas debemos seguir al practicar el mandamiento del amor. Se consideraba un hombre universal y era enemigo de los fanatismos que tensionan y los muros que separan. Siempre quiso que su música creara unidad. Una buena terapia espiritual es meditar y asimilar los mensajes de sus cantares como éste que tituló, “No estás deprimido”:

“No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que te   rodea: Delfines, bosques, mares, montañas, ríos. Tienes corazón, cerebro y alma. Entonces, ¿cómo puedes sentirte pobre, triste y desdichado?

No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano, cuando en el mundo hay 5.600 millones. Además, no es tan malo vivir solo. Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la soledad me conozco… algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los 90, sólo por citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído. Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo cabello de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la vida no te quita cosas: te libera de cosas, te hace más liviano para que vueles más alto y alcances la plenitud.

Y la vida es dinámica. Está en constante movimiento. Por eso sólo debes estar atento al presente. Mi madre decía: “Yo me encargo del presente, el futuro es asunto de Dios.”

No encuentras la felicidad, y es tan fácil, sólo debes escuchar a tu corazón, antes que intervenga tu cabeza; que está condicionada por la memoria y complica todo con cosas viejas, con órdenes del pasado, con prejuicios que enferman, que encadenan.

De la cuna a la tumba es una escuela; lo que llamas problemas, son lecciones, desafíos.

No perdiste a nadie: el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón…

No hay muerte…hay mudanza, y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor.

Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me sostuvo cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija, la que me mantuvo vivo cuando los médicos me dieron 3 o 4 meses de vida.

Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás.

 Recuerda lo que dijo Jesús: “Amarás al prójimo como a ti mismo.” Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que ves allí es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición. Además, la felicidad no es un derecho, es un deber, porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio.  Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó a matar a seis millones de hermanos judíos.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perugia, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, las Mil y Una Noches, La Divina Comedia, El Quijote, El Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven, las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre otras tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas: si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas…) y si le ganas serás más humilde, más agradecido… por lo tanto, serás fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado.

Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y a los enfermos: te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar la naturaleza y cuidarla para el que vendrá.

Da sin medida y te darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo amor.

Y que no te confundan unos pocos homicidas y terroristas suicidas. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan la vida.

 Si Dios tuviera una nevera, tendría tu foto pegada en ella. Si Él tuviera una cartera, tu foto estaría dentro de ella. Él te manda flores cada primavera. Él te manda un amanecer cada mañana. Cada vez que tú quieres hablar, Él te escucha, Él puede vivir en cualquier parte del universo, pero Él escogió tu corazón. Anímate, amigo, ¡Dios está loco por ti!

 Dios no te prometió días sin dolor, risa sin tristeza, sol sin lluvia, pero él sí prometió fuerzas para cada día, consuelo para las lágrimas, y luz para el camino.

“Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír.”