Hasta hace poco nos quejábamos del calor, las ventas de aires acondicionados se dispararon, los ventiladores no daban abasto, y el sol estaba allí, brillando hermosamente mientras sudábamos bajo sus rayos. Y ¿ahora? Las lluvias desbordan los ríos y quebradas, inundan las ciudades, los parqueaderos semejan piscinas, los vientos se llevan los árboles, las ramas y hasta a las personas desprevenidas.

En algunas ciudades había racionamiento de agua, los noticieros informaban las decisiones del gobierno para que se zonificara las áreas con horario para hacer buen uso del preciado liquido y ¿ahora? No sabemos cómo manejar tanta agua.

He tratado de recordar alguna época en que la naturaleza se hubiese ensañado de esta misma forma con el mundo y la verdad, aunque hubo crisis grandes, no creo que haya ocurrido alguna de las dimensiones de la actual.

Hace poco vi algunos videos de Brasil, en donde al igual que nosotros sufre las consecuencias de grandes inundaciones, donde apenas si se logran divisar los techos de las viviendas, mientras brigadas de personas en pequeñas barcas recorren las zonas en búsqueda de mascotas que han quedado atrapadas en sus hogares, para llevarlas a refugios mientras tan solo algunos logran reunirse con sus padres humanos. Incluso caballos y otro tipo de animalitos han sido rescatados por gente maravillosa que no ha dudado ni un instante en unirse a estas cuadrillas.

He estado mirando algunos videos en donde muestran la tierra deslizándose hasta llegar a los hogares de tanta gente y mi interrogante fue el por qué ocurre esto. Y la única conclusión que me vino a la mente fue la forma como nosotros mismos, los humanos nos hemos encargado de quitar los árboles y arbustos de la tierra, de las cuencas de los ríos, nos hemos adueñado de cada trocito de la tierra para edificar nuestros hogares. Y no lo critico, sólo busco la causa para esta catástrofe liquida que inunda las ciudades.

Cali, sin ir más lejos, era una pequeña villa, contando en 1911 con 28 mil habitantes. En ese entonces tenía tierras cultivadas y un futuro promisorio para la agricultura. Un año después se estableció una empresa de teléfonos, y así sucesivamente fue creciendo gracias a la actividad de nosotros, los seres humanos, nos fuimos extendiendo y poco a poco las zonas que en un entonces tenían árboles y sembrados, se convirtieron en edificios de concreto, casas y centros comerciales.

Las ciudades son lugares con vías hermosas, luces, semáforos y ahora con la nueva tecnología podemos apreciar torres de telecomunicaciones, que invaden incluso patios de las casas. Hemos avanzado tremendamente, hay ya robots que ayudan en los quehaceres domésticos y otros que son más sofisticados que pueden, incluso, realizar una cirugía, obviamente programada por humanos.