Las sandalias negras es un relato de García Márquez que les recomiendo leer o escuchar si no lo conocen, creo que es una reflexión muy interesante, por eso al final de este blog se los obsequio.
Ese relato me hizo recordar que en mi niñez, teníamos prendas de vestir para el día domingo, era igual con el calzado, durante la semana teníamos otras prendas de vestir y de calzar, pero desafortunadamente como crecíamos con tanta rapidez, muchas veces esos trapos domingueros pasaban a ser semaneros, y los momentos que pudimos usarlos con nuestra talla fueron muy pocos. Era un tipo de economía que ahora veo no era muy eficiente.
Lo mismo sucedía con la loza, había una vajilla para usar diariamente y otra que se guardaba bien protegida para las reuniones con invitados, la mantelería y los cubiertos también tenían alcurnia, lo mismo la mesa del comedor, la mesa principal era poco usada ya que existía otro comedor que llamábamos “la mesa redonda”, y aún recuerdo que había una sala para visitas, regularmente estaba cerrada, había un equipo de sonido de la época, radio estéreo y tocadiscos, un juego de sala verde, en el piso una especie de tapiz blanco con florecitas pequeñas y borde oscuro. Ninguna de esas cosas se usaba con frecuencia, sólo cuando había una celebración y venían invitados a la casa.
Todo tenía un protocolo, sobre todo fechas especiales, navidad, semana santa, días festivos, domingo etc. por esa razón para mí que estaba en pleno crecimiento fui el último vástago de la familia, llegaron todas las prendas que mis hermanos dejaron, no importaba el sexo ya que mi personalidad se ajustaba a lo que llegara. Lo mismo me veían con una falda campana que con un overol, zapatillas conocidas como baletas, como unos botines con agujetas gruesas.
Ha sido en mi edad adulta y cuando me alejé del hogar de mis padres que no me volví a preocupar por esos detalles y simplemente empecé a usar lo que compraba en el momento que lo hacía, empezó la democracia para mis cosas, todas mis cosas, tanto de cocina como de uso personal, se acabó la discriminación.
Y en verdad me pregunto ¿para qué guardar las cosas para otra ocasión? Que puede ser más especial que darnos el gusto de usarlo, de apreciarlo, de exhibirlo, como decía la madre del cuento: “¿Ajá y si me muero mañana? Se las va a estrenar otra.”.
LAS SANDALIAS NEGRAS
Por Gabriel García Márquez
La última vez que le regalé unos zapatos a mi madre, fueron unas sandalias negras.
Se las estrenó ese mismo día. Cuando se las vi ¡hasta me sorprendí!…
Se las había comprado para “un día especial” y le pregunté:
¿por qué las has estrenado tan rápido?
Y me contestó…
“¿Ajá, y si me muero mañana?… se las va a estrenar otra. ¡No mijo, estás son para estrenarse hoy mismo!”
Dos meses después mi madre falleció.
Hoy volví a recordar las sandalias negras de mamá -algo desgastadas- Y recordando me pregunto:
¿Qué estamos esperando para estrenar?
¿Qué es realmente un día especial?… cuando la vida se vive una sola vez.
Así pasamos la vida… esperando el momento adecuado, el momento preciso, el día especial para estrenar aquello que nos hará sentir mejor.
¿Cuánta gente llegó aquí sin decir lo que quiso, sin ponerse lo que quería, sin regresar a algún lugar o sin pedir perdón?
¿Los amores que jamás fueron… por esperar un poco a decirlo?
¿Los matrimonios que se rompieron porque el otro… no dijo «perdón» primero?.
¿Los amigos que dejaron de hablarse… por un mal entendido?.
¿La familia que jamás volvió a reunirse… porque no encontraban un día?.
¿Los sueños que se quedaron en sueños… por esperar la oportunidad?.
¿La gente honesta que perdimos… porque fue sincera y nos dolió?.
¿Y si no llega mañana…?
¿Qué dejaste sin estrenar… para que otro estrenara?
¿A quién dejaste… para que otro amara?
¿Qué palabras dejaste sin pronunciar?
¿Con qué perdón en el pecho te quedaste?
¿A quién le debes una explicación?
¿A quién debiste darle una oportunidad?
¿A quién debiste cerrar la puerta, sin jamás mirar atrás?
¿Qué aventura dejaste sin hacer?
«Guardamos sin estrenar palabras, compañía, sentimientos, sueños… solo por miedo a fracasar, por vergüenza o peor aún ¡por orgullo!»
Y así vamos calmando los latidos del corazón, sin darnos cuenta que nos quedamos inertes ante la vida, por esperar a mañana.
«EL MAÑANA no existe… es solo una esperanza, una idea que tal vez no llega, solo nos queda… HOY»
Hay que estrenarse los zapatos antes que otro… Luchar por lo que amas, luchar por tus sueños y VIVIR INTENTÁNDOLO antes que otro se atreva a la mejor hazaña.
Recuérdalo: ¡VIVE LA VIDA!
Y cada mañana, cuando abrimos los ojos en esta tierra de “locos”, es la manera en que Dios nos está diciendo:
¡Ándale!… ¡Daleee!.. Atrévete a intentarlo, Arriésgate… Quizás éste sea el día, si fallas no te preocupes… Yo estaré aquí y si vences… también.
Hoy estuve en el mismo lugar donde está su cuerpo, en silencio y con lágrimas en mis ojos me acordé de sus sandalias negras… Y recordé que yo quería estrenarme unos mocasines de colores y por miedo a que se mojaran… ¡no me los puse!
¿Y qué si se mojan?… que se sequen.
¿Y qué si se rompen?… los usé.
¿Y qué si no funciona?… ¡lo intenté!
Ahora, ya aquí pensando:
HOY es un buen día para estrenar zapatos…
Para comenzar a hacer tus «sueños realidad»
¿Aún tienes algo sin estrenar?
El cuento NO ES DE GARCIA MARQUES, él mismo lo ha negado.
la autora del cuento es una puertorriqueña llamada Marisel Hilerio
Evidentemente este cuento no es de García Márquez, agrego un enlace para los interesados. https://factual.afp.com/las-sandalias-negras-no-es-de-gabriel-garcia-marquez-sino-de-una-escritora-puertorriquena
Gracias por la aclaración.
gracias por la aclaración , pero de todas formas es un cuento maravilloso , Maribel Hilerio tiene otros cuentos como este ? me gustaría ordenarlos .