Rvdo. Silvio Gil Restrepo

LECTURAS:

Col.1,11-20; Ps.121; Lc.23,35-43:

Con la festividad de Jesucristo, Rey del universo, la Iglesia universal (todas la que forman parte de la catolicidad), culmina la celebración del año litúrgico del 2019, y desde el próximo domingo comenzaremos el nuevo año litúrgico del 2020, con el primer domingo de adviento, o preparación a la festividad de la Navidad, o del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Y, ¿qué podríamos decir en este momento? Pues que la Iglesia universal celebra con sumo gozo ésta festividad de Cristo que ciertamente es, para todos los Cristianos convencidos de su Fe, que Él es el rey de nuestras vidas y de nuestros corazones, porque con el ejemplo de su vida, muerte y resurrección, y el testamento de su Palabra, los Evangelios, nos orienta y da sentido a nuestras vidas, para que como Cristianos -de las vertientes que sean- nos sintamos orgullosamente parte de la Cristiandad universal, que como lo enseña san Pablo

 -el apóstol de las gentes- somos o conformamos todos unidos el Cuerpo místico de Cristo, que en definitiva es la misma Iglesia universal de la que formamos parte esencial todos los bautizados en la Fe de Cristo. Realidad teológica y de una inmensidad sociológica tan grande que debe hacernos sentir orgullosos de nuestra Fe cristiana, que, por gracia y misericordia de Dios, hemos recibido y vivenciamos en las distintas culturas de nuestros países de raigambre social-cristiana. Celebremos pues con sumo gozo ésta festividad de Jesucristo rey del universo, y como cristianos, rey de nuestras vidas y de nuestras almas, que con el ejemplo de su vida y de su palabra -su evangelio- nos orienta y le da sentido a nuestras vidas, para acá, y para el más allá. Y así como le dio sentido a la vida del llamado el buen ladrón que lo acompañó en la hora de la cruz, y que tuvo el privilegio de saber reconocerlo en su hora final: «acuérdate de mí cuando estés en tu reino», que también a nosotros nos diga esa palabra de consuelo: «hoy estarás conmigo en el Paraíso». ¡Que así sea! ¡Amén!