Voy a comentarles algo que sucedió en estas dos últimas semanas en el área donde vivo.
En el Mall cercano, de un día para otro apareció una perrita, aparentemente perdida, sus patitas heridas de mucho caminar y con una actitud bastante agresiva a cualquiera que quisiera acercársele, se sentía intimidada por la gente, los animales, por todo.
El grupo de convivencia y vecinos del área empezaron a chatear y comentar la situación del animalito, divulgando la foto de la perrita en un intento por encontrar a sus dueños, ya que la perrita, aunque asustada, nerviosa, parecía que tenía un hogar. Sin embargo, empezaron a pasar los días y nadie la reclamaba y ella, con dificultad recibía alimento de cualquier alma caritativa que le dejaba una escudilla con agua y comida.
La situación no fue del gusto de la empresa que maneja el Mall, así que empezaron a circular comentarios de la posibilidad de informar a una entidad que se hiciera cargo de los animalitos abandonados o perdidos, para que la recogieran. Pero, esto bastó para que el grupo que había informado de la presencia de la perrita, tomara cartas en el asunto y empezara a tramitar atención médica veterinaria, baño, vacunas etc.
Curiosamente, la perrita escogió a dos personas para depositar su confianza y convertirse en un animalito más manejable, una de ellas optó por llevarla cada noche en su moto hasta su casa, en donde pernoctaba, y al día siguiente la traía de nuevo al Mall, aprovechando la coyuntura de que su lugar de trabajo era en el mismo.
Se unieron los vecinos y aportando todos una ayuda económica, se recogió suficiente para atender las necesidades básicas de la perrita y allí empezó todo el fenómeno de la unidad de gente sensible. Un centro veterinario aportó en forma gratuita la atención necesaria, como baño, desparasitar, vacunas. Así que el dinero aportado sirvió para aportar alimento, escudilla, arnés y traílla.
Pero lo mejor de lo mejor, es que la persona que la estuvo protegiendo, llevándola cada noche a su casa, en un acto emocionante pidió ser considerada como adoptante de la pequeña y así fue como en un solo día la vida de un animalito abandonado recibió todo lo necesario para empezar de nuevo. La actitud y el cambio total de esta perrita, que de agresiva se convirtió en una dulce y manejable mascota (aunque no me guste mucho llamar así a nuestros amigos de cuatro patas).
Esto con la solidaridad de los humanos, gracias a Dios no se ha perdido totalmente la sensibilidad. Y todos unidos podemos hacer grandes cosas.
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