No hay muerto malo, expresión muy corriente en nuestra sociedad, que, curiosamente cobra sentido cuando alguien fallece, tenemos la tendencia de exaltar sus virtudes, especialmente cuando ya no está en este mundo terrenal.
Y es que la vida es bien compleja, dependiendo de la suma de ciertos factores y por qué no decirlo, circunstancias, actuamos de diferente manera. Regularmente observamos que cuando cualquier persona fallece, especialmente si tenemos algún vínculo de cualquier tipo con ella, nos apenamos. Cuando el citado personaje ha fallecido y en su vida-vida ha sido criticado y acusado, justa o injustamente, y esto es el caso de los políticos, salen limpios de culpa y surgen detalles de su vida que antes eran desconocidos y que elevan sus valores.
Ni qué decir en el caso de menores de edad y me refiero a jóvenes, no a niñitos de 10 años, los pillan en actos delictuosos, atracan, pero cuando los detienen, sacan a relucir su condición de estudiantes perseguidos por las autoridades. Esto lo digo porque muchas veces alguien alcanzó a grabar un video, cosa muy común ahora con los celulares inteligentes, y ve uno cómo en actitud verdadera amenazante, arrebatan los bienes a las personas, las amenazan, las golpean, pero cuando los atrapan se convierten en víctimas y hasta lloran.
En la mañana escucho las noticias sobre hechos acaecidos en la ciudad y oigo las entrevistas con las mamás y familiares de muchachos que al parecer han aparecido heridos o muertos, y precisamente una señora contaba que su hijo había salido a estudiar muy temprano porque era muy juicioso y lo habían atracado en el camino y había terminado muerto. Sin embargo, en las redes, circulaba un video en donde el joven “estudiante” con un arma de fuego que había colocado en la cabeza de quien conducía un vehículo, intentaba que le diera sus pertenencias, pero otros conductores se bajaron de sus respectivos automotores, impidieron el hecho, pero se vieron amenazados por el muchacho quien empezó a disparar a diestra y siniestra tratando de huir, pero recibiendo una herida de bala, que curiosamente y al parecer, procedía de su propia arma, al rebotar contra uno de los rines del primer automotor, al menos eso fue lo que informaron más tarde. Pero en la entrevista, la madre, el papá, unos vecinos se regaron a hablar bellezas del fallecido. Supongo que no tenían idea de lo que estaba haciendo esta belleza de joven.
Hace algún tiempo presencié un hecho en el cual un joven se abalanzó contra una jovencita que iba hablando a través de su celular, pero resulta que gente que bajó en la parada del bus y que observó el hecho, corrió tras él y le dieron tremenda paliza, recuperando el teléfono de la jovencita, quien todavía no reaccionaba ante lo ocurrido. Cuando llegaron las autoridades el delincuente aullaba diciendo que lo habían confundido que él no era el que le había quitado el celular a la muchacha y que la gente no lo escuchaba…
Pero esto no terminó aquí, dos días después vi la fotografía de este joven en la prensa, donde informaban de su muerte y decían que se trataba de un joven extranjero que intentaba ganarse la vida limpiando vidrios en los vehículos y vendiendo chicles.
Cada día encontramos noticias de este talante, y así como gente famosa que ha sido cuestionada, después de su muerte la ensalzan y la colocan en un pedestal, también gente de otras condiciones sociales pasa de delincuentes a ser magníficos estudiantes y excelentes personas en su hogar.
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