He observado últimamente, que algunas personas al saber que estoy jubilada y que obviamente soy una adulta mayor, creen que estoy algo así como discapacitada. En más de una ocasión me preguntan por mis nietos, ya que al parecer a las personas mayores nos tienen programadas para cuidar niños, la verdad, no me interesa esa profesión. Otras veces cuando me ven arreglando las plantas en los patios de nuestra casa, me dicen con aire condescendiente que siquiera tengo con qué entretenerme.

Me ofende que crean que tengo que buscar algo para entretenerme, no parecen entender que llevo una vida bastante activa y mi cerebro vive ocupado pensando en temas para escribir, además que hay mucho qué hacer en una casa. No sé cómo pueden tener tiempo libre, el mío es bastante ocupado y muchas veces no alcanza el día para lo que tengo que hacer.

Claro que he visto señoras, bastante más jóvenes que yo, pero que su salud no las favorece, su actitud es de completa ancianidad.

Hace tiempo saqué un escrito en mi página web sobre la vejez, refiriéndome al hecho de que muchas cosas que antes eran divertidas, ahora no lo son tanto, como el tipo de música que escucho, el ruido del reggaetón golpea mis oídos, los chicos gritando en la calle tampoco es mi favorito, sin embargo, disfruto los video juegos, tengo varios favoritos manejando camiones en las carreteras de Europa y América, también tengo algunos sobre construcción, otros de guerras, etc. Y por eso les digo que a veces no alcanzo a sacar el tiempo para disfrutar de estos juegos en mi pc.

Además, gracias al internet, hay muchos cursos a los que se puede acceder, idiomas, gastronomía, tejido, fotografía, diseño, cantidad de cosas que se puede aprender a la “mayoría” de edad. Yo reprocho que muchos adultos mayores se dejaron ganar por la tecnología, y apenas si son capaces de contestar sus celulares sin equivocarse en el intento. No hay que ser técnico en las redes, basta con tener un poco de curiosidad en estos aparatos para llegar a disfrutarlos.

También alguna vez les comenté que el primer computador que aprendí a usar, ocupaba un cuarto entero, se usaban unos discos con cintas donde se grababan los mensajes, pero pronto esto se superó con otros más modernos y poco a poco se llegó hasta estas diminutas tabletas que puedes llevar a todos lados.

Entonces es bueno que la gente no caricaturice a la gente mayor. No todos nos quedamos cuidando niños y sentados en una mecedora al llegar a nuestra merecida jubilación.