Rvdo. Silvio Gil Restrepo

La sagrada liturgia de este domingo nos trae la hermosa festividad de la Epifanía, o de los santos reyes magos, quienes según el evangelio y siguiendo la estrella que los guía, se dirigen hacia Belén de Judá en busca del recién nacido para adorarlo, y entregarle sus presentes del oro, el incienso y la mirra, que le traen. Esta es una muy bella festividad que la Iglesia universal celebra desde muy antiguo, pues aquellos santos reyes según la tradición -el blanco, el negro y el amarillo- representan a toda la humanidad, o a todas las razas que en sus personas vienen a adorar y a reconocer que aquel humilde niño es el Mesías o el esperado por todas las naciones, porque «El redimirá a su pueblo de sus pecados», con el misterio de su redención desde la cruz.

Festividad de los Santos Reyes Magos:

 

LECTURAS: Is.60.1-6;Ps.71;Ef.3,2-6;Mt.2,1-12

Los santos reyes magos simbolizan a todos y a cada uno de quienes -como dice el catecismo- «somos cristianos por la gracia de Dios»-, y en ellos rendimos pleitesía y adoración a ese divino niño, que era el esperado de las naciones, y que como cristianos debe seguir siendo el centro de nuestra fe, para seguirlo, conocerlo y amarlo, porque quien le sigue no anda en tinieblas, y tiene la luz espiritual que debe guiarlo en su paso por este mundo, y que por ende, también lo dirige dando frutos de amor y caridad que lo llevarán hacia la vida eterna prometida por El a quienes le siguen. Roguemos pues al divino Niño de Belén que, así como guio los pasos de los santos reyes magos hacia Él, también guíe nuestro caminar por este mundo, nos ilumine y nos proteja. Que así sea. ¡Amén!