
“Asunto de familia” es una película japonesa, cuyo título no cuadra mucho con su contenido, ganó la Palma de Oro en el festival de Cannes por el año 2018, donde se muestra una faceta llena de sentimientos y problemas domésticos de una familia conformada por integrantes de distintos entornos pero que los une su propio desorden familiar.
Me hizo pensar en situaciones reales que se viven en distintos países de este mundo, las situaciones de pobreza que lastiman a tantos niños, quienes crecen con una mentalidad a la defensiva. Con la simple mirada de los recicladores se puede ver la diferencia social tan extrema.
Ha sido costumbre en mi casa, guardar el material reciclable, separándolo de la basura orgánica y desechos, así como artículos que por una u otra razón no se usan en la casa, puede que haya alguno que no funcione, pero la mayoría son utilizables y pueden servir a otra persona, por esa razón casi siempre es a la misma persona que se le guarda y entrega este material.
Por mi casa han pasado distintos personajes, entre ellos Martha, quien siempre me llamó “Mona”, ya fallecida, después llegó un señor que parecía salido de una caricatura de los años 60, con collares, pulseras, camisa de colores y chanclas, quien hablaba con educación y citaba libros, como de un pasado que fue mejor, también murió; estuvo viniendo un joven quien aprovechaba el abandono de una tubería para asearse a diario y siempre llegaba como recién salido de la ducha, este de un momento a otro desapareció. Últimamente viene un señor con un problema físico, tiene la espalda absolutamente plana y muestra dificultades para caminar y aunque es respetuoso, el abandono físico es total. Sobreviven algunos, es la palabra que les señala.
Pero volviendo a la película, muestra como se unen para sostenerse en una unión familiar que va de la mano con la delincuencia. En Japón hay mucho respeto por la propiedad ajena, así que, para convencer a un menor de apropiarse de lo ajeno, el adulto líder le dice que la mercancía existente en una tienda no tiene dueño todavía y por eso está bien apropiársela. Y no analiza para nada que el dueño de la tienda es el propietario legal de dicha mercancía, pero sus argumentos le sirven de apoyo para convencer a los menores, de robar en las tiendas y mercados.
Es interesante ver como de una situación de supervivencia se logra desarrollar una variedad de temas que afectan la sociedad y que muchas veces no los apreciamos en su amplia dimensión.
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