No acabo de entender las discusiones acerca del aborto. Según la Corte Constitucional, desde el año 2006, se permite el aborto bajo tres causales: “si la vida o la salud de la mujer corren peligro, si el feto tiene una malformación incompatible con la vida o si el embarazo fue producto de una violación e incesto.” Sin embargo, las activistas no consideran suficientes estas causales e insisten en una interrupción voluntaria del embarazo.

¿Cuáles son estas razones tan fuertes para desistir de tener un hijo? En la época en que vivimos, cuando hay tantas formas de evitar quedar embarazada, y de embarazar a una mujer, ¿por qué se lucha tanto por la legalización del aborto? Y menos querer que se autorice el crimen de acabar con la vida de un bebé cuando está ad portas del término de su gestación.

Sin embargo, la otra cara de la moneda es la eutanasia, enfermos terminales, sufriendo, apenas soportando el dolor de su enfermedad  les niegan el derecho a disponer de su cuerpo. Y en estos casos los requisitos para solicitar el “permiso” para dar por terminado su sufrimiento son: “Tener una enfermedad terminal o agonía. Presentar sufrimiento secundario a esta. Estar en condiciones para presentar la solicitud de manera directa en el documento de voluntad anticipada.”

Y me pregunto, la finalidad de afiliarse al Derecho a morir dignamente, ¿en qué ámbito queda? La manifestación anticipada a no querer ser mantenido con vida artificial, lleno de tubos, alimentándolo unas veces por la nariz, otras por una vía intravenosa, con gente manipulando tu cuerpo, sin derecho a protestar, es humillante.

El feto no puede hablar ni defenderse, ni siquiera puede manifestar su deseo de vivir, y lo obligan a morir mientras al enfermo terminal, quien manifiesta a viva voz lo que quiere hacer con su cuerpo, lo obligan a mantenerse con vida.

Qué decisión se toma cuando se trata de una persona en condiciones, digamos, infrahumanas, que no puede expresar su voluntad de dar por terminada la vida que lo está torturando. No tiene derecho a esperar una muerte digna.

Hablar de quitar el sufrimiento del paciente y no ayudarlo a morir dignamente, no se justifica, sobre todo con el problema que se viene presentando en las EPS, si el único medicamento que suministran es acetaminofén, si, tantas veces la gente eleva su voz pidiendo que al menos le entreguen las drogas que les ha prescrito su médico, cómo se lograría dar alivio si las drogas como la heroína, la morfina, que daría algún respiro al paciente se la camuflan bajo el nombre de “placebo”, suministrándole algo que lo sugestione de estar tomando algo real cuando en verdad es azúcar o cualquier cosa diferente, pero que jamás de los jamases le va a ayudar a superar su sufrimiento.

Es verdad que se trata de proteger a las personas enfermas de la actitud egoísta de familiares que no quieren cargar con la obligación de cuidarlas y también de intereses económicos que les permitiría, con su muerte, acceder a bienes y dinero de una manera más rápida y efectiva. Pero, precisamente para eso están entidades como DMD para poner de presente los deseos de un paciente terminal que siempre ha manifestado su deseo de no continuar con una vida artificial llena de sufrimiento.