Todavía sigo estupefacta recordando los noticieros mostrando los ríos de gente dirigiéndose a los centros comerciales, en días pasados para adquirir electrodomésticos exentos de IVA, no lo podía creer. Lo primero que vi fue las filas de gente que cubrían cuadras y cuadras de estos almacenes. Después el caos, atropellándose unos a otros y el consecuente cierre de algunos de estos centros y a partir de allí, la violencia con que algunos arremetían contra las puertas de los establecimientos para que les permitieran el acceso.

Posteriormente escuché que habían hecho seguimiento a unas cinco personas que estaban con la condición del virus y que habían salido y estaban en uno de los citados almacenes. La excusa que escuché fue su ignorancia de tener el covid19.

Siempre habrá una excusa para tapar nuestro comportamiento irresponsable, de eso no hay duda alguna. Como no hay justificación al hecho de que se esté recogiendo ayuda para quienes tienen hambre, y, sin embargo, al parecer, no hay dinero para este fin, pero si para comprar un gigantesco televisor, pero lo que se critica no es la compra, sino la forma, el ingreso violento, a la fuerza a los almacenes.

Próximamente habrá más días sin IVA y confiemos que serán sin Covid19, también.

La televisión ha sido una atracción desde su primera emisión, en mis recuerdos tengo que fue el General Gustavo Rojas Pinilla, quien la trajo y el 1º de mayo de 1954 se hizo la primera transmisión con equipos importados desde Estados Unidos y Alemania. También recuerdo que mi padre trajo un televisor con pantalla grande, y pudimos ver las imágenes en blanco y negro y con lluvia, sin embargo, la emoción de esas primeras tomas hizo que en Puerto Tejada (Cauca), pueblo en el que vivíamos, los transeúntes abarrotaran las ventanas de la casa para mirar.

En una de las películas, que así vi, toda llena de puntos blancos y con una imagen poco nítida, actuaba Loretta Young, no recuerdo el nombre de la película, pero todos estábamos sentados mirando sin parpadear tan interesante tecnología.

La televisión a color no la conocí en Colombia, me tocó admirarla en España, pero no todos los programas tenían ese sistema. Incluso, recuerdo que se podía elegir en comprar un aparato para ver en blanco y negro o a color, que por supuesto estos últimos eran más costosos.

En conclusión, la televisión se convirtió en el invitado especial de los hogares, tanto que lo defendemos a toda costa, incluso de nuestra salud y es el que preside la sala, el comedor y nuestros dormitorios en el hogar.