En una revista científica leí que el ser humano pesca alrededor de 14 veces más que cualquier otro depredador y 9 veces más que otros carnívoros, el ser humano caza y mata a grandes carnívoros, tales como osos, lobos y leones, y este comportamiento de depredación tan particular causa impactos significativos en el ecosistema, altera el recorrido vital de algunas especies, modifica se capacidad reproductiva de dichas poblaciones y transforma las interacciones ecológicas de las redes alimentarias.

Y es que sin necesidad para obtener alimento, el ser humano caza y mata carnívoros terrestres, simplemente por el placer de perseguirlo en un deporte por demás sanguinario. Algunos quitan la aleta a los tiburones y los tiran de nuevo al mar donde mueren de la forma más violenta. Ni siquiera entiendo cómo alguien puede ingerir esa famosa sopa después de semejante acto tan desalmado.

Los animales, creo, fueron los primeros ocupantes de la tierra y nosotros somos los intrusos que vinimos a acabar con todo, los bosques, cortamos pero no sembramos, incluso he visto como en los lugares más inhóspitos del planeta en donde las heladas son el refugio y la vida de los grandes osos, las están ocupando humanos, se están metiendo, ocupando terrenos por encima del derecho de estos seres que sólo tienen ese lugar para vivir.

Pasando a animales domésticos, los perros, gatos, aves, sufren tremendamente porque muchos seres humanos se sienten con derecho a lastimarlos y abandonarlos, los negocian, los venden, en fin, que no hay derecho para ser tan desalmados.

La famosa frase, entre más conozco a los humanos más amo a mi perro, tiene mucho sentido, los animales cuando atacan es porque se defienden o porque un “humano” le ha enseñado a atacar, su instinto de supervivencia lo ha llevado a confiar en la gente y no toda es considerada con su condición.

Los humanos, últimamente han demostrado su violencia en todas sus formas, hasta se estrellan contra las estatuas, las atacan las rompen, las destruyen, olvidando que son parte de nuestra historia.

En conclusión, acabamos y destruimos todo bajo una bandera de racismo, no suena muy coherente, la actitud salvaje del comportamiento ¿cómo nos deja? Me gustaría saber qué se logra con tumbar un montón de cemento, o concreto, o bronce, o lo que sea si no hemos expresado que es lo que queremos y el por qué. ¿Quiénes son los afectados con destruir estas figuras?

Las estatuas pueden ser reubicadas en museos, añadir mayor información sobre el pasado y mostrar la barbarie que hubo en nuestro pasado, pero tumbarlas no educa, no informa y sólo nos ubica en el grupo de violentos que pintamos de colores, manchamos obras que un artista realizó. En Boston sigue exhibiéndose la estatua, sin cabeza, de Cristobal Colón.