He visto unos videos conmovedores referidos a las relaciones hijos-padres, especialmente uno en el cual realizan un programa de televisión entrevistando a varios jóvenes acerca de lo expresivos que han sido con sus mayores, si alguna vez le dijeron que lo querían y si compartían con ellos ahora que ellos también se convirtieron en adultos. Después entrevistan a los padres, y les hacen preguntas similares.
En conclusión sus relaciones son deplorables, se dan cuenta, unos y otros, lo alejados que están, evidentemente se aman, se importan, pero no se lo expresan, es más algunos lo consideran una melosidad innecesaria.
Para finalizar el programa y después de conmover a estos grupos, los colocan frente a frente jóvenes y padres, y ver como se abrazaron y algunos hasta llegaron a las lágrimas, fue realmente conmovedor.
Después vi un montaje que me llegó al alma, colocan una fotografía o video, actual en la misma posición que se encontraban cuando apenas eran unos bebés o niños muy pequeños.
Traté de pensar en fotografías de mis padres con nosotros, sus tres hijos y me di cuenta que no sería posible hacer ese tipo de montaje, todo ese pequeño grupo familiar, se ha ido, me hace falta la materia prima para armar el grupo.
Hay frases hermosas referidas a ese recuerdo de nuestro padre, que lo describen un poco de cómo fue su papel en la familia. Muchos padres ni siquiera querían serlo, al igual que muchas madres, tampoco querían serlo, sin embargo, la figura de ese personaje tan importante para la creación de un nuevo ser tiene relevancia en el mundo.
No existe un hijo sin padre, aunque este no haya hecho parte de su vida, por eso es absurdo cuando dicen, que tal niño(a) no tuvo padre, claro que lo tuvo, no de otra forma pudo ser creado y venido al mundo. Hay otros que por el contrario, querían ser padres, lucharon para serlo, e incluso llegaron a adoptar.
Conocí una pareja, mayorcitos ellos, vivían en diagonal a nuestra casa en Santa Isabel, en Cali. Una noche desde mi ventana vi que la señora mecía a un bebé, un niño hermoso que cuidaban con gran esmero. Ya caminaba esta criatura, cuando llegaron con una niña, curiosamente parecida al anterior. Estos niños crecieron con todos los cuidados, y aún pequeños, un fin de semana llegó un camión de mudanza que los llevó lejos de allí.
Me preguntaba el por qué se habían marchado, puesto que tenían una buena casa y tenían a los pequeños en buenos colegios. Hasta que conocí de fuentes cercanas a ellos, que su amor era tal que habían decidido marcharse a un lugar en donde no supieran que los niños eran adoptados porque querían guardar total discreción para su vida.
A estas alturas deben ser adultos mayores. Me gustaría saber su suerte y si alguna vez conocieron su procedencia, pero lo más importante es que la pareja que los acogió, los amaba con todo su corazón.
Así que felicitaciones a todos los que quisieron ser padres, a los que no quisieron serlo pero lo fueron, a los ausentes y a los presentes, a los que ya se fueron y sobre todo a los que sin serlo han ejercido como tales.
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