No sé que tan cineastas sean las personas que entran a leer este blog, sin embargo, no puedo dejar de recomendarles una serie que vi hace poco en Netflix, llamada “Quédate cerca”, sobre todo a quienes nos gusta algo detectivesco, pero bien enlazado y cuyo misterio queremos seguir hasta el final para saber cómo desarrollan el misterio.

Les sugiero, si la ven, lo hagan con calma, observando todos los detalles, porque de eso se trata, de esas pequeñas cosas que hay que ligarlas para descubrir qué fue lo que pasó.

Es una serie corta, así que no piensen que se van a cansar pasando episodios de nunca acabar.

De otro lado, hace mucho tiempo dejé de ver películas de Disney, ya que todas traían su toque de tragedia, todo el tiempo es un solo dolor, algunas tienen final feliz, pero otras te dejan deprimido.

Dirán que la serie que recomiendo tiene bastante intriga y preocupación, pero los seres humanos pueden hablar, aunque para mantenernos mirando la pantalla actúen en forma bastante irresponsable.

Pero las películas donde los principales actores son animales, se sabe con certeza que habrá sangre, dolor, angustia. Puede que nos dejen con el sabor de que tal o cual animalito es un héroe y por supuesto lo matan para convertirlo en tal.

Esto me hizo recordar a caperucita roja, me imagino que nadie ha olvidado ese cuento tan cruel en donde el lobo se come a la abuelita y luego a él lo matan para sacar a la viejecita de su vientre, saliendo esta sana y salva mientras el cuero del animal queda destrozado.

Esos cuentos que nos leían de pequeños, dizque para llevarnos a la cama a dormir, fueron toda una pesadilla. Lo último que leí fue la sirenita, pero ya siendo una mujer adulta, y me pareció terrible que esa jovencita sacrificara tanto para convertirse en humana con dos piernas y poder vivir con su principe. Y, claro que disfruté la animación, siempre me gustaron los efectos de Disney.

Si sigo, pues no acabo, ya que son tantos los cuentos que recuerdo y que me llenaron de angustia con las brujas que no acabaría de comentarlos.