Octubre 27 del 2019
Votaciones regionales.
Siempre en época de votaciones me ocurren cosas simpáticas. En esta ocasión no fue la excepción, pero si eché de menos la gente, había una soledad increíble, espero que solo haya sido en mi zona, porque de lo contrario estas elecciones son un desastre.
Pues bien, esta mañana muy temprano me dirigí a mi puesto de votación, muy cerca de casa, al llegar noté que, aunque había una fila de vehículos aparcados en la vía, dentro del recinto apenas si se movilizaban algunos ciudadanos.
El caso es que llegué con mi cédula en mano y bolígrafo personal, vi que en el cubículo correspondiente para el llenado de los listados de candidatos se encontraba una mujer, joven, bastante joven, con todas las listas abiertas, estaba en una incomodidad total. Los integrantes del jurado de la mesa de votaciones la observaban en su lío, pero respetando su organización desorganizada.
Me recibieron la cédula, buscaron mi número y posteriormente me entregaron las listas. Me dirigí al cubículo hice la marcación e introduje las mismas en el buzón, recibí el certificado que confirma que voté. Ya me dirigía hacia la salida cuando miré a la joven de marras y ésta todavía se encontraba con los papeles esparcidos en el espacio que permite el mostrador del mini-cuartito y todavía no terminaba de marcar.
Llegué hasta la salida del lugar y mi curiosidad me hizo mirar de nuevo hacia atrás y la mujer seguía con toda su revolución de papeles.
Me habría gustado ver el final de su diligencia, pero desafortunadamente mi paciencia no daba para tanto.
Salí del lugar acompañada de la misma soledad que a mi llegada. Ahora trato de ver los resultados en Cali a través de los canales de youtube y la mayoría están dedicados a Bogotá, con el resultado de Claudia López Alcaldesa.
En realidad, la importancia de elecciones regionales no tiene la fuerza de las presidenciales, así que bueno, ya votamos, esperemos a mañana para ver los resultados definitivos. Y al menos hubo PAZ.
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