Diciembre 1 del 2019
Una de motos
Hubiese querido que el 1º de diciembre de este año, hubiese tenido un tema alegre para iniciar el principio del último mes del 2019, pero he estado con el alma compungida viendo las imprudencias, negligencias y por qué no llamarlas atrocidades que hacen algunos motociclistas. Y advierto, no tengo nada en contra de ellos, yo misma soy parrillera cuando mi hijo me transporta en su motocicleta, dando gracias a que él es lo suficiente responsable como para respetar, no solo las señales de tránsito, sino hasta los posibles accidentes que pueden ocurrir, ya que nadie está exento de que ocurran.
Hace un par de días, muy cerca de mi casa, un motociclista se transportaba con su mujer y su pequeño hijo, los medios dicen que se trataba de un menor de 7 meses de nacido, pero otras noticias se refieren al pequeño como un chico de 3 años. El caso es que movilizándose por la carrera 44 con calle 5ª, intentó hacer un giro prohibido, no hizo el pare a que estaba obligado y no vio un bus del transporte Mío, que venía ejerciendo su derecho a la vía y sin poder evitarlo lo arrolló. El resultado, dos heridos y un muerto, padre y madre a la clínica y el pequeño a la morgue.
Esta es una toma que salió en las redes, del hecho de tránsito, el bebé cubierto con el plástico azul.
Este es solo un ejemplo de imprudencia.
Alterada por lo que escuché y vi en fotos aportadas por transeúntes en las redes, me encontraba mirando por la ventana de mi casa, cuando, no pude contener mi desesperanza. Saliendo de una vía alterna y sin fijarse, un motociclista salió a la calle principal llevando una mujer como parrillera, dos menores, bien pequeños, uno sobre el tanque de gasolina y otro sobre el manubrio, para mayor desgracia el más pequeño encabezaba el grupo, las piernas de los pequeños apenas si se notaban. Pero este no fue el único detalle, ninguno llevaba casco de protección. Iban felices, riéndose porque habían superado un vehículo.
En conclusión, hubo cinco violaciones, así, sin ir en detalles: saltarse un pare, adelantar sin precaución, más de dos ocupantes en el vehículo, llevar menores, sin casco.
Pero esto es tan solo una pequeñísima muestra de irresponsabilidad, ya que, por desgracia, diariamente vemos accidentes en las vías entre automotores y vehículos de dos ruedas, unas veces recae la culpa en el conductor del automóvil, otras, muchas, en la imprudencia de quien conduce la moto.
Pero, ¿cómo evitar estos desmanes? No hay suficiente personal de tránsito que controle los comportamientos violatorios de señales, imprudencias y otros, y cuando estos personajes intervienen los agarran a golpes. Recuerden la mujer que, al ser requerida por el guarda de tránsito, le tiró un ladrillo; y el taxista que persiguió a un guarda con un machete y casi lo mata.
Por eso, me sentí mal al iniciar este mes, pensando en qué se nos viene durante las fiestas, más “accidentes”, y esto sin contar los quemados por falta de control de la pólvora.
Pero bueno, confío en la madurez de muchos, aunque no de todos, para iniciar este mes con tranquilidad y confianza en un feliz transcurso de mes, y que terminen el año con las familias completas, sin que ninguno de sus miembros falte por causa de imprudencias.
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