“El carriel antioqueño como patrimonio cultural de la nación”, este proyecto, al parecer ya fue aprobado en el Congreso de la República, decisión importantísima en estos momentos en que el país aún no se ha restablecido del vandalismo en que se convirtió el mal llamado “Paro pacífico”, sacando tiempo para dedicarlo a un tema tan trivial.

Otro tema que les tomó parte de su tiempo, lo fue aprobar el uso de tapabocas inclusivos, perdónenme la expresión, pero, ¿qué diablos significa eso? Hasta ahora no me había dado cuenta que existiera alguna restricción en el uso de los mismos.

También está la reducción de la jornada laboral, ¿6 horas diarias por 7 días? Si en 8 horas no alcanzan a realizar muchas labores, con dos horas menos ¡qué podemos decir!

Pero lo máximo, la licencia compartida, es decir que la mujer tiene el hijo y le dan al padre una autorización para que durante las primeras semanas de su bebé comparta y apoye a su compañera en las labores paternales. Perdónenme, pero me voy a sentar para reírme un poquito, no mucho, un poquito solamente. En un país como Colombia, donde hay “machismo” y que consideran que el cuidado de los niños es cosa de la madre, ¿cuál sería su comportamiento quedándose en casa? Eso, si se queda en casa, que no me lo creo mucho tampoco. Si en razón de la pandemia protestan porque no pueden reunirse con sus amigos, ¿cómo será cuidando a un bebé?

Es verdad que hay una nueva generación que comparte más en pareja, pero no es la gran mayoría.

Dicen que lo que se busca es que no discriminen a la mujer en cualquier cargo que ejerza en razón de su condición de madre gestante, casi que, emparejando al hombre en la misma posición, pero, válgame la duda al pensar que esto vaya a servir como estímulo en las empresas para contratar uno u otra sin prejuicios.

Esto me hace recordar una costumbre de una etnia indígena, no recuerdo cuál, que una vez la mujer tenía el bebé, ella salía a trabajar y el hombre se acostaba. Falta que a alguien se le ocurra este nuevo diseño de familia.

Eso sí, leí que el proyecto sobre reducción del tiempo de vacaciones de los Congresistas está a punto de hundirse por no estar incluido en el orden del día y aunque ya lleva tres debates, si no citan para el cuarto y es aprobado, inexorablemente irá al fondo del olvido. Y es que son más importantes los que cité al inicio, sobre todo el del carriel, antes que hacer que los Congresistas trabajen un mes más de lo acostumbrado, ya que según entiendo, ellos se toman cuatro meses de vacaciones.

En mis tiempos, aunque suene a comentario de vieja, los funcionarios esperábamos con ansias los 22 días de descanso que gozábamos a partir del 19 de diciembre, hasta el 11 de enero del año siguiente, después de haber trabajado el resto del año 8 horas diarias y no en sesiones, sino tiempo completo. En la actualidad creo que este período sigue igual, aunque recuerdo que, en mi época, vuelvo a sonar como anciana, hubo un tiempo en que laborábamos medio día en sábado.

Esperemos que pase este mes de vacaciones, ya que el 20 de junio salen y vuelven el 20 de julio cuando inician sesiones hasta el 16 de diciembre y luego reinician el 16 de marzo hasta el siguiente 20 de junio.