Nuestros padres, tus bienes
Aunque en el pasado he tocado este tema lo revivo ahora porque me he dado cuenta en los casos de gente que ha fallecido recientemente, tras su partida, aparecen parientes hasta debajo de las piedras.
Es irónico, pero a partir de ese momento se olvidan de quien dedicó su tiempo y su dinero en ayudar a ese familiar, quien lo cuidó en todo problema de su vida, y solo piensan en lo que pueden recibir y si de alguna forma van a ser favorecidos con bienes o dinero.
Incluso no falta el que interrogue sobre el cuidado que se le dio al paciente y que cuestione sin lugar a dudas lo que se hizo.
Más de una conocida amiga mía, me ha contado como han llegado sus familiares a visitarla, cuando su madre o familiar ha estado enferma y le dicen cómo debe cuidar a la paciente y hasta llega el descaro de decirle que consiga determinados productos, camas, sillas, etc. pero como dicen por ahí: “nadie se toca”, sólo exigen.
Es doloroso y aunque creo que ya lo he contado, en mis tiempos en el poder judicial, me correspondió un caso en el cual un hombre cuidó de sus padres por muchos años, ellos tenían un apartamento y él lo terminó de pagar, a pesar de que no estaba a su nombre, lo remodeló y estuvo al tanto de las necesidades de ambos progenitores, tuvo que atenderlos en su vejez y cuidarlos durante las respectivas enfermedades, hasta su partida.
Estaba él atendiendo lo relativo a los funerales de su madre, quien fue la última en fallecer, cuando cayeron del cielo sus hermanos, vivían en el exterior, pero aparecieron como por arte de magia. Durante el tiempo que estuvieron enfermos ninguno hizo una llamada u ofreció ayudar de alguna manera al hermano menor, quien era el que se había hecho cargo de todo.
En una de las declaraciones que leí, decían que su hermano había usufructuado el apartamento y por tanto les debía pagar ahora un arrendamiento, además de hacer la sucesión mediante la cuál ellos tendrían su respectiva cuota de propiedad, pero abrieron los ojos cuando se dieron cuenta que debían aportar el pago de este trámite ante la entidad correspondiente.
Aunque este hombre aportó todos los documentos pertinentes a demostrar todo lo que había invertido en el apartamento para que sus padres gozaran de comodidad, y la infinidad de gastos en que había incurrido durante su enfermedad, la ley favorecía a sus desagradecidos hermanos para tener parte de la propiedad a su nombre y no consideraba compartir los gastos que éste había tenido que hacer.
Conocí de este caso en razón a que los queridos hermanos lo denunciaron penalmente, algo así, como apropiación indebida de un bien inmueble. Por fortuna, se consideró que era más acertado hacerlo por vía de sucesión intestada, más no tengo conocimiento del final que tuvo este problema, sólo pienso que la ley es injusta.
Todo aquel que esté en una situación parecida, debe tomar cartas en el asunto y desde temprano gestionar de la mejor manera la situación en su familia. Los hermanos, no todos, lo son, hasta que los padres fallecen.
Es curioso como los lazos de sangre no valen nada cuando hay bienes o dinero de por medio.
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