Vuelvo al tema de la pandemia, porque hay tema para rato.

Como les parece que en el buzón de mi casa han llegado algunas misivas que deja una señora, persona a quien ví cuando colocaba una y quien dice ser vecina de este barrio y solicita ayuda de todos para salir adelante, indicando que tiene problemas económicos y que debe pagar, servicios, gas, comida para su familia, y que tiene atraso en el pago de su tarjeta de crédito y su empleada doméstica… aquí fue donde me detuve en la lectura… ¿tarjeta de crédito y empleada doméstica?

En la cartica, incluye su dirección, teléfono y hasta número de cuenta en el Banco, para que le consignen.

Quiero creer que todo esto es una broma de mal gusto, pero me dejó pensando el hecho de que esta persona se haya tomado el tiempo para escribir las cartas, traerlas a las casas del barrio e irse a su casa a esperar la ayuda. ¿Es posible que alguna persona de buen corazón atienda este requerimiento?

En los primeros meses de la cuarentena, por aquí empezaron a llegar los indigentes a solicitar ayuda, era limosna a domicilio, después y ante su fracaso, ya que esto se convierte en una obligación diaria, cuando se da una vez empiezan a llegar todos los días y no te dan respiro. Personalmente ayudo a recicladores, quienes están prestando un servicio a la comunidad y no mendigan, hacen un esfuerzo para conseguir el pan diario. Sé que como en todo, algunos levantan unos pesos y los usan para conseguir droga, pero eso no lo podemos controlar.

Pienso que hay mucha gente en verdad necesitada a quienes se puede prestar ayuda, no económica, no creo que eso sea solución, ya que no falta el que se aprovecha y no deja llegar los pesitos a su verdadero destinatario, pero entregar pequeños mercados a gente que sí hará uso de ellos con su familia, como lo estuvo haciendo el señor Alcalde, si considero que es beneficioso.

Recuerdo que mi madre ayudaba a quién podía y una vez me dijo un término curioso cuando le pregunté para quién era que preparaba una bolsita con mercado y dinero, me contestó que era para una “pobre vergonzante”, es decir, una persona que estaba pasándola muy mal, pero no era capaz de pedirle ayuda a nadie y soportaba su problema en pobreza, al ella (mi madre), darse cuenta de lo que le pasaba le pasó una ayuda, anónima también, para que la señora no se sintiera obligada con ella.

Esta lección me impresionó, por eso creo que hay que ayudar al que verdaderamente lo necesite, que no son pocos los que viven en extrema pobreza en esta ciudad, así que por favor, que su generosidad sea para estos.