También es conocido como reforma del pensamiento, adoctrinamiento o reeducación, esto es cuando aplican diversas técnicas de persuasión, es una estrategia psicológica mediante la cual una persona, digamos, dominante, obliga a someter sus creencias, conducta, pensamientos y comportamiento a una o más personas con el fin de ejercer sobre ellos control, ya sea político, moral o de cualquier otra clase.
Y me vino a la mente este tema a raíz del recuerdo de Jim Jones, que en Guyana lideró a un grupo de 72 personas y con la perspectiva de ser el nuevo mesías, las llevó al suicidio colectivo.
Hay muchas versiones de sobrevivientes sobre lo ocurrido, gente que alcanzó a “detectar” que algo no estaba bien y se retiró a tiempo.
Un método muy usado es la técnica de la repetición, y se utiliza una cierta violencia verbal para crear una jerarquía de superioridad entre el líder y quien va a ser “lavado”.
Los medios son bastante eficaces para imponer puntos de vista sobre la ciudadanía y lo mejor para no caer en sus garras, es escuchar diferentes fuentes, escuchar a otros y así tener una visión comparativa que nos permita entender la realidad de lo que nos intentan imponer.
Hay sectas, aunque este término está focalizado con los grupos generalmente religiosos cuya tendencia es la de controlar cualquier pensamiento diferente al suyo fuera y dentro de su organización, pero no solo este lavado impera en grupos religiosos, también en la explotación sexual, esclavitud y varias formas de abuso, que también ocurren en el hogar.
Una de las formas es la denominada propaganda, cuya misión es la de influir en el pensamiento, un discurso determinante y repetitivo al igual que decía al inicio, convenciendo de algo, indicando esfuerzos realizados por alguien, llámese candidato o aspirante, y colocándolo con imágenes persuasivas y motivadoras que quedan en la retina de quienes la leen, ven o escuchan.
Esta especie de reforma del pensamiento es sinónimo de lavado de cerebro, es un sistema gradual diseñado para manipular e influir en los individuos, y quienes ya han sido, digamos, “conquistados” atraen otros adeptos, formándose así un grupo que además de haber sido manipulado, a su vez, se convierte en manipulador de otros.
Estos líderes utilizan el término conciencia, opuesto a inconsciente o subconsciente y tal parece que los lóbulos frontales y temporales de los hemisferios cerebrales ejercen actividades especializadas del pensamiento. Dicen los conocedores del tema que mientras se sueña y durante el mismo los hemisferios “mudo” y “ciego” intercambian información. Entonces, las actividades del inconsciente corresponden al hemisferio cerebral derecho, usando el método de síntesis, especializado en las sensaciones, sentimientos y otras habilidades, da un tipo de respuesta inmediata para los procesos visuales y de orientación espacial.
Sigmund Freud difundió que las experiencias infantiles, quedan en el inconsciente e influyen en las acciones del adulto, por ello se considera que ciertas actitudes pueden manifestarse a través de conductas antisociales y pueden al final dar actitudes tanto buenas como malas. Inicialmente estas sugerencias vienen de los padres, posteriormente otros adultos como pueden ser los profesores y otros con quienes el niño se relaciona, que incluso pueden ser niños de su misma edad y de otro sexo, palabras o experiencias que pueden marcar al individuo y muchas veces no logrará superar en años, y puede que estas sugestiones y autosugestiones no necesariamente tienen que ser ciertas para crear un impacto en la mente.
Pero como todo tiene dos lados, podemos desprogramarnos, liberarnos del control mental al que hemos sido sometidos, pero, así como el control toma tiempo la desprogramación también lo tomará y existen profesionales que ayudan en este sentido.
Lo primero que aconsejan es la separación inmediata del grupo controlador, seguido por el descanso físico, una vida con alimentación apropiada y por supuesto la perseverancia.
Ahora bien, a esto hay que añadir unas nuevas relaciones de mutua confianza con quienes pueda analizar la situación, hacer un recorrido sobre cómo era la persona antes de involucrarse con estos grupos y tratar de volver a ese mundo y sobre todo, cambiar la perspectiva que le fuera impuesta de forma que pueda interrumpir el autoengaño y poder descartar las enseñanzas que le dieron y por ende no permitir que lo presionen para continuar. Con ayuda profesional la persona controlada podrá entender el control mental al que fue sometida.
A veces, ni siquiera nos damos cuenta lo que nos están haciendo, por eso es tan difícil que aceptemos de buen grado el consejo de quienes nos observan desde afuera, es igual a cuando una persona va caminando por el borde de un abismo y la vemos desde la otra orilla y aunque le gritemos para que no caiga, la persona, por la distancia, no escucha las advertencias.
El próximo 18 de noviembre se cumple un nuevo aniversario del que tal vez sea el suicidio colectivo más multitudinario de la época moderna. Casi mil personas, entre ellas trescientos niños, y un mono, se quitaron la vida siguiendo las directrices del inclasificable reverendo Jim Jones.
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