Cada vez que enciendo la radio en la mañana, siento verdadero escalofrío, no hay un solo día en que las noticias no sean pesimistas y duras, ya no es el recuento de los contagiados con el coronavirus, ni las camas y respiradores que se encontraban agotados, como tampoco los fallecidos diarios por esta pandemia, ahora son los muertos en actos violentos, la mayoría por delitos contra la propiedad, hurtos de bicicletas, celulares y otros, ya que los delincuentes no contentos con apropiarse de los bienes ajenos, disfrutan disparando contra la humanidad de aquellos, ya sea que hayan entregado sus objetos o no.

Pero la situación ha llegado a un punto tal que la ciudadanía ya no aguanta y está tomando la justicia por su propia mano, lo digo por la noticia que está invadiendo las redes sociales respecto a dos individuos, de nacionalidad venezolana, uno de 18 y otro de 13 años, pillados, al parecer robando en Tibú. Los atrapan, amarran sus manos con cinta y supuestamente esperan a la policía para entregarlos. Algunos proponen exhibirlos por las calles para que escarmienten, pero, sin embargo, aparecen muertos en la calle con un cartel con el letrero “por ladrones”. Se desconocen los autores de este acto criminal.

De otro lado, un hombre fue intimidado por dos hombres con arma de fuego para despojarlo de sus pertenencias, éste no lo permitió y se defendió hasta lograr quitarles el arma con que le apuntaban disparándoles, dejándolos heridos, pero falleciendo uno de ellos. Las autoridades le piden que se entregue, pero con las cosas como están muy seguramente terminará en una cárcel purgando prisión por el homicidio del delincuente.

Mientras el primer caso fue justicia por mano propia, el segundo fue a ojos vista, una legítima defensa por la inmediatez de la acción, pero, díganme, ¿se arriesgaría usted a entregarse a la justicia?

Pero lo peor ha sido la reacción de un delincuente que fue acusado por la víctima del robo de su celular, ya que las autoridades lo dejaron en libertad y este de inmediato fue y asesinó a la mujer que lo denunció. Según las noticias al igual que los anteriores, extranjero.

Con éste panorama mañanero cuesta trabajo abandonar la cama y arriesgarse a salir a este mundo que nos abre sus puertas sin saber que nos espera.

Hay personas que prefieren no escuchar noticias e ignorar lo que sucede para vivir un mundo fantástico, optimista etc., pero no sé qué tanto bien haga esto, no sé si escondernos en una urna de cristal sea lo mejor, pero es triste ver como día a día la humanidad se está deshumanizando y se va convirtiendo en una película futurista como aquella en donde Arnold Schwarzenegger huye a través de una estación en la cual se observa el deterioro de los seres humanos quienes se han convertido en criminales robotizados que van destruyéndose unos a otros sin sentimiento alguno.

Confiemos en que haya más espiritualidad en el futuro y que quienes hereden el mundo que les dejamos lo puedan disfrutar con una mejor vida futura.