Mucha gente habla de situaciones que ha vivido su familia o ellos mismos por intervención de duendes, unas buenas experiencias y otras no muy buenas.
Se dice que son criaturas mágicas e incluso las relacionan con hadas y en el pasado las consideraban demonios. Estos personajes aparecen descritos como personajes de baja estatura, alrededor de un metro, con figura humanoide, orejas puntiagudas y la piel de un cierto color. Son considerados cuidadores de la naturaleza y el bosque y sobre todo con una capacidad para desaparecer extraordinaria. En la mitología se les un poder sobrenatural, además de una personalidad bromista, traviesa.
Un folclorista escocés de nombre David MacRitchie, hablaba de la existencia de un pueblo que habitaría en cuevas en las islas británicas, que se escondían. Esta teoría también la cita la doctora Margaret Murray. Mientras tanto el alquimista y médico suizo Paracelso los denominó gnomos.
Tengo un libro, heredado de mi hermano llamado “Los Gnomos”, donde describe este personaje en su portada, mostrando un Gnomo, llamado de los bosques, de 275 años de edad, dice: “en la flor de su vida”, estatura real (sin gorro) 15 centímetros; luego describe sus prendas de vestir. Este personaje aparece representado como un viejecito con cabello, barba y bigote blancos, chaqueta azul clara con un cinturón ancho donde cuelga una bolsa de herramientas y pantalones marrón claro, con botas de piel de cerdo. Cubre la cabeza un sombrero en forma de cucurucho rojo.
Pero mientras la gente a quien he escuchado se refiere a los duendes como personajes que causan molestias, en este libro se habla de seres de buen corazón, dispuestos a hacer travesuras, pero nunca malévolo, si hay alguno que resulte perverso es consecuencia de los malos genes resultante del mestizaje en lugares remotos.
Y traje a colación este tema a raíz de los comentarios que escuché hace poco, a través de la radio, claro está, sobre personas que dicen haber visto duendes en sus casas, regularmente ha sido gente en el campo y me ha llamado mucho la atención porque mi madre decía que estos hacían nudos pequeños y apretados en las crines de los caballos, pero ahora, dicen que lo hacen en el cabello de las damas. Pero también les adjudican unas actitudes agresivas, aunque mucha gente sabe que son muy celosos, al menos los que llegan a hogares donde inicialmente los consienten, es decir, que les dejan cosas como piedritas y frutas, y que cuando dejan de hacerlo, se enojan mucho y es cuando actúan de forma bastante molesta para los moradores de la casa.
Les recomiendo el libro de los Gnomos de Poortvliet/Huygen, viene en dos tomos, completamente ilustrado y con detalles que van desde la forma física de estos, sus costumbres, vida en general, hasta su final.
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