LECTURAS: Ex.34,4-9; Ps.Dan.3,52-56;2 Cor.13,11-13; Jn-3,16-18 –

Las Iglesias Cristiano-católicas celebran este domingo la festividad de la Santísima Trinidad, esto es, y por decirlo así, el misterio más grande de la fe cristiana, y es el referido a la esencia misma de Dios que se comunica en la realidad de tres personas distintas, siendo un mismo y único Dios verdadero.

Y esto por qué, pues es que el mismo Cristo da pistas -por decirlo así- sobre ello, por ejemplo cuando dice en el evangelio: “mi Padre y Yo somos una misma cosa», y cuando se despide de los apóstoles en su ascensión al cielo,(liturgia del domingo anterior):al verlos tristes porque está hablando de que se va: «os conviene que Yo me vaya, porque rogaré al Padre para que os envíe el Espíritu de la Verdad, y Él os dará testimonio de Mi».

Pues entonces, ciertamente como Cristianos tenemos el testimonio del mismo Jesús que nos habla sobre ello.-Sobre el misterio de la esencia de Dios que es uno y trino a la vez: del Padre creador, del Hijo, Jesucristo que es nuestro redentor y salvador, y del Espíritu santo, que se origina del amor entre el Padre y el Hijo, y que, es el mismo Espíritu de Cristo que promete a sus discípulos de todos los tiempos: «Yo estaré con vosotros hasta el fin». ¿Qué decir sobre tan hondo misterio? Pues es muy poco lo que se pueda decir sobre la esencia misma de Dios, ya que sobrepasa la capacidad misma de la inteligencia humana. Mas bien, valdría la pena volver nuestras miradas sobre los grandes santos y sabios cristianos, como decir, un San Agustín de Hipona, que nos dejó entre sus obras su tratado «De Trinitate», que son sus elucubraciones muy sabias y santas sobre tan grande misterio. Y por lo demás – más que devanarnos los sesos frente al misterio de Dios – roguemos al mismo Jesús que nos ayude más bien a ser capaces de vivir su doctrina de amor, que es lo que nos aproxima a la esencia misma de Dios. ¡Amén!