Hace un par de noches alcancé a escuchar a alguien hablando en una emisora de radio diciendo que Jesús tenía un hermano gemelo que había reencarnado en un colombiano. Según su tesis, a él no lo eligieron para ser el redentor del mundo, por eso fue ignorado en la historia.

Este tema me dio curiosidad y encontré en las redes que adjudican a Santo Tomás, dicen que también fue conocido como Dídimo. Que tenía una gran parecido con Jesús. Agregando que su nombre en arameo significa gemelo y Dídimo en griego tiene igual significado.

Poco me gusta comentar política o religión en mis blogs, pero escuchar las teorías de la gente me obliga a analizar mis creencias.

Fanáticos, creyentes, de todas las religiones, tienen algo que aportar. No se puede decir que estén equivocados, simplemente enfocan su fe en forma diferente.

Hace algunos años una empleada de servicios varios en la oficina donde trabajé, me dijo sus razones para haber dejado su religión católica y haberse unido a la cristiana. Sin que yo le preguntara, me dijo que un día había ido a la Catedral y estando frente a la imagen de un ángel de los que exhiben en ella, se le ocurrió levantarle el vestido que lo cubría y encontró que detrás había una armazón de madera. Así que se desilusionó y cambió de religión.

Pasan los años y todavía no entiendo que esperaba encontrar detrás de una figura decorativa. Creo que la desilusión es ver en qué basaba su fe.

Personalmente tengo una imagen de la virgen de Fátima, recuerdo de mi madre, la compramos en un almacén llamado del clero al lado de la Catedral acá en Cali. Es de madera y sus ojos son de cristal. Hace algún tiempo la retoqué porque sus colores habían perdido brillo.

También conservo un crucifijo que mis padres tenían a la cabecera de sus camas.

Ambos son verdaderas obras de arte, que nos recuerdan la historia de nuestra religión.

Mi abuelo materno conservó toda su vida un pequeño crucifijo en su bolsillo, lo llevó mientras prestó servicio militar, cuando hizo la pascua el cristo quedó en manos de mi madre y ahora soy quien lo lleva consigo.

Cuando miro esta imagen, pienso en mi abuelo, en mi madre y la historia que lo acompaña. Incluso, hay un cuadro del Sagrado Corazón, que tiene aproximadamente 90 años, está colgado en la pared de nuestra casa, mi madre lo llevó de casa en casa hasta su última morada.

Hay que saber interpretar la razón por la cual conservamos estas obras en nuestras casas. Hay verdaderas bellezas que reflejan la calidad de quien las creó.

Es bueno aclarar, no se reza a la figura, no se espera milagros de una estatua de piedra, madera o lo que sea con lo que fue hecha, es una inspiración. Un rosario es para poder llevar la cuenta de las veces que hacemos una invocación.

Y hasta aquí llego. No quiero polemizar.