Tengo entendido que así como existen los llamados “Campamentos extremos” para reeducar los menores que tienen comportamientos inadecuados en sus hogar, cuyos padres de familia se encuentran desesperados al observar que no hay forma de hacer entender a estas creaturas que en nuestra vida social hay reglas que cumplir para sobrevivir, también hay “las terapias de conversión”, supuestamente destinadas para curar la homosexualidad.

En el primer caso, viendo un video en youtube, aquí dejo el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=nn1wLHQnsS4, muestran los diferentes campamentos en los que someten a estos menores a obedecer un reglamento y aprender a comportarse de manera diferente a como lo venían haciendo en sus hogares.

He sabido de familias que simplemente han arrojado a sus hijos a la calle, al ser imposible controlar su adicción a las drogas, las que los convierten en ladrones, ya que roban en sus propias casas para conseguir el dinero y comprarla.

Quienes tienen los medios económicos agotan los tratamientos y hacen todo lo posible por ayudar a sus hijos, pero no todos pueden hacerlo y en medios donde hay menos cultura, la solución es echarlos a la calle.

En cuanto al caso de la sexualidad, es otro cantar, ya que se ejerce una violencia tremenda, incluso en la película “Boy Erased”, basada en la historia real del hijo de un pastor bautista, en donde se pone en evidencia dichas terapias de conversión a la heterosexualidad en los Estados Unidos, presentan este caso tan especial en donde tratan de “curar” a un joven de sus inclinaciones sexuales.

Les dejo el enlace: https://elpais.com/mexico/sociedad/2020-07-27/salgan-demonios-de-la-homosexualidad-en-el-nombre-de-cristo-la-trampa-de-las-terapias-de-conversion.html, de lo sucedido en México y la lucha por terminar con estas trampas.

Freud al publicar “Ciertos mecanismos neuróticos en celos, paranoia y homosexualidad” creía que todos los seres humanos éramos bisexuales, refiriéndose a que todos incorporamos aspectos de ambos sexos y nos sentimos sexualmente atraídos por ambos. Se intentó en ese entonces el trasplante de órganos sexuales entre hombres, pero al parecer hubo rechazo de dichas glándulas y al final el tratamiento fue ineficaz y peligroso.

¿Negocio? Podría ser, ya que el costo de estos “cursos” son increíblemente caros. Una señora, en el primer caso, comentaba que había vendido su casa para pagar por este servicio para sus hijos y no se arrepentía.

Y me pregunto: ¿Usted qué haría?